Se extrae sangre de las venas del brazo del propio paciente, que se introduce en tubos de ensayo estériles. Con una máquina centrifugadora, que separa los componentes del fluido sanguíneo por sedimentación acelerada, se consigue el plasma (PRP), un líquido donde las plaquetas, descompuestas, liberan las sustancias que almacenan en su interior, especialmente proteínas que van a enriquecer los folículos pilosos en el cuero cabelludo.
Matteo, que conduce una moto, es un magnífico ejemplo para hombres y mujeres. Un año antes de contraer matrimonio con Eva, se realizó dos trasplantes para volver a tener pelo en la parte frontal de su cabeza y en la coronilla, que también blanqueaba. Pese a estar satisfecho con el primer trasplante, no dudó en hacerse otro para obtener una mayor densidad capilar. A sus 37 años no quería salir envejecido en las fotos de su boda.