Carlos, que ha ejecutado a la perfección todas las indicaciones médicas previas antes del trasplante y ha seguido al pie de la letra todas las instrucciones postrasplante, como buen piloto aéreo, ya tiene una buena mata de pelo en su cabezaa.
«Más aún si tenemos en cuenta que Carlos tomó la decisión de hacerse un trasplante siendo consciente de que su pelo de la zona dadora no era grueso, ni fuerte, ni pigmentado, lo que habría asegurado un resultado mucho más espectacular», añade el doctor Eduardo López Bran.
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