Quisiera en primer lugar agradecer muy sinceramente vuestras felicitaciones y el seguimiento que haceis del blog. Tengo que pediros disculpas por no haber actualizado en tanto tiempo. Ahora sí vuelvo a retomar el contacto con todos mis lectores, cuyas aportaciones agradezco y he contestado con entusiasmo, ofreciéndoles nuevos temas.

Después de analizar las características de esta enfermedad, ahora nos toca abordar el tratamiento de la alopecia androgénica masculina, conocida comúnmente como calvicie común.

El pasado mes de julio tuve el honor de dirigir un Curso de Verano de la Universidad Complutense en El Escorial que, bajo el título de «La respuesta de los profesionales a  las nuevas demandas estéticas de la sociedad actual», incluía una mesa redonda sobre «La estética del pelo» en la que cualificados especialistas abordaron los tratamientos médico-quirúrgicos más avanzados para el tratamiento de la alopecia androgénica masculina.

Tal como quedó expuesto entonces, existen en la actualidad dos fármacos que han demostrado en ensayos clímicos multicéntricos internacionales su eficacia y tolerancia, lo que les ha valido la aprobación de la FDA (Food and Drug Administration) estadounidense.

Uno de ellos, el minoxidil, se aplica localmente en concentraciones que varían del 2 al 5 por ciento. Yo recomiendo utilizar minoxidil en solución al 5 por ciento aplicándolo en dosis de 1 centímetro cúbico dos veces al día. Lo mejor es utilizar para ello un cuentagotas dirigido a la raíz del pelo (es más efectivo que con pulverizador). Al comienzo del tratamiento pudede haber una aceleración del ritmo de caída del cabello. Es importante que el paciente lo sepa para no aumentar su inquietud al constatar este efecto inicial.

Es necesario lavar diariamente el pelo para retirar del cuero cabelludo los restos de la medicación aplicada la víspera y que constituyen una dificultad añadida para la absorción del producto en la sucesivas aplicaciones.

El otro fármaco es el finasteride, que se toma por vía oral, una vez al día. Actualmente se encuentra  comercializado en comprimidos de 1 miligramo. Generalmente es bien tolerado, pero en un pequeño porcentaje de casos pueden aparecer efectos adversos sobre la esfera sexual (disminución de la líbido, disminución del volumen de eyaculación o dificultad para conseguir una erección prolongada).

Es muy importante señalar que los resultados de los tratamientos médicos, cuando se obtienen, están ligados a que se mantenga ese tratamiento. Cuando se interrumpe se pierden los beneficios
obtenidos, y el paciente pasa, en el lapso de tres a cuatro meses, a presentar la misma situación que tendría de no haber utilizado el tratamiento.

Dentro del mismo curso en El Escorial se abordaron las novedades en el tratamiento quirúrgico, cuya ponencia me fue encargada y para la que preparé una revisión de la evolución del trasplante en los últimos 50 años. En mi presentación señalé las importantes mejoras que se han producido en esta técnica, en lo referente a indetectabilidad, cantidad de pelo que se puede trasplantar y confort del paciente durante y después del trasplante.

Presenté  dos vídeos: uno sobre la técnica de microtrasplante folicular, en la que las unidades foliculares se obtienen dividiendo la tira que se extrae de la zona dadora, y otro de la novedosa técnica FUE (Follicular Unit Extraction).

Al día siguiente, en la Clínica donde trabajo, IMEMA (Instituto Médico Estético de Madrid, antiguo Gabinete Dermatólogico y Capilar), realizé una demostración práctica para médicos sobre la técnica FUE.

Estos vídeos serán colgados en la página web de IMEMA (www.imema.es), que verá la luz próximamente. Recogen las intervencione practicadas con estas técnicas a dos pacientes, médicos ambos.

Abordaremos estas técnicas con más detalle en el próximo post.

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